Elena Martín Vivaldi

      Elena Martín Vivaldi nació el 8 de Febrero de 1907 en Granada. Su familia pertenecía a la burguesía universitaria y progresista de la capital. Su padre fue catedrático de Ginecología y primer alcalde republicano de la ciudad; posteriormente ocupó el cargo de Presidente de la Diputación de Granada. Pasó la infancia con sus cuatro hermanos y sus padres en la casa que con anterioridad había pertenecido a Francisco Ayala. Siempre se sintió apoyada por su padre, que le animó en todo momento a continuar con sus estudios.
     Inició su andadura escolar en el Colegio "Riquelme" y sus primeros estudios de bachillerato en el conocido instituto granadino Padre Suárez, al que asistía para realizar los exámenes, ya que en ese momento sólo había alumnos masculinos. Posteriormente se diplomó en Magisterio y se licenció en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada (1931-1938). Su breve experiencia como profesora la dejó reflejada en Un día cualquiera. Al fallecer su padre y terminar la Guerra Civil Española, presentó oposiciones para optar a una plaza en el Cuerpo de Bibliotecas, Archivos y Museos, en 1942. Conseguido el puesto de trabajo como archivera, tuvo que desplazarse a Huelva donde tomó posesión de su plaza. La plaza le permitió la independencia económica necesaria para escribir y el estimulo del contacto continuado con los libros.
     Igualmente, fue profesora de latín en el Instituto de Enseñanza Media de Osuna, en la provincia de Sevilla durante el periodo que comprende desde 1939 hasta1942. Luego, también en Sevilla, prestó sus servicios en el Archivo de Indias y finalmente consolidó su destino en la Universidad de Granada, donde impartió clases como profesora adjunta de la asignatura de latín.
     En 1945, salieron a la luz sus primeros poemas, bajo el título Escalera de luna. Se convirtió en una de las personas de referencia en el entorno intelectual de la capital.
      En 1948, Elena regresó definitivamente a Granada, encontrando trabajo en las bibliotecas de las facultades de Medicina y Farmacia. En esta última obtuvo el cargo de Directora que mantuvo hasta su jubilación en 1977. Durante los años cincuenta participó de las inquietudes del grupo Versos al aire libre.
      En 1953 escribió El alma desvelada. Elena mezcla los planteamientos estéticos de la Generación del 27 y la tradición poética heredada de grandes poetas andaluces como Juan Ramón Jiménez o Gustavo Adolfo Bécquer para encontrar un estilo propio e identificativo. Soledad, desengaño y despecho son los sentimientos que destacan en sus versos, resultado de la situación sentimental por la que atravesó en esa época. La temática de estos versos gira en torno al desengaño amoroso. Cinco años después, publicó Cumplida Soledad, soledad que describe como impuesta desde el exterior y que solamente se puede asumir y aceptar. En Arco de desenlace, de 1963, la naturaleza irrumpe como tema principal de la obra.
      En Materia de esperanza, de 1968, muchos han querido ver la transmutación de su ausencia de maternidad en la pasión por la poesía. En 1971, publicó Durante este tiempo y volvió a hacer uso de su personal neo-romanticismo, que fue latente durante toda su trayectoria literaria. Este libro, de alguna manera, supuso una ruptura con todo lo que había hecho hasta entonces. En esa época, Elena fue asidua a las tertulias intelectuales en el Café Suizo. Con Nocturnos, de 1981, demostró su absoluto conocimiento sobre las tendencias que predominaron en los poetas jóvenes en los años ochenta.
      En 1985 se publicó su obra completa con el título Tiempo a la orilla (1942 - 1984). Son dos volúmenes que compilaron toda la obra de la autora escrita hasta ese momento con un añadido de varias composiciones inéditas. Desengaños del amor fingido se publicó como obra independiente por una editorial malagueña en el año 1986, pero los poemas que lo componen ya habían sido editados en Antología poética en honor a Soto de Rojas por la Universidad de Granada en 1984. Después de 1985 sólo aparecieron unos cuantos poemas independientes, por lo que puede afirmarse que tras Desengaños del amor fingido la obra potencial de Elena quedó prácticamente concluida. En 1990, en Con sólo esta palabra, rindió homenaje a su paisano Federico García Lorca. En 1997, al poco de cumplir los 90 años, falleció en Granada, cuidad que le guarda homenaje con una estatua suya en el boulevard de los Granadinos ilustres.
     A lo largo de su vida recibió el reconocimiento a su obra a través de diversos premios. Fue nombrada Hija Predilecta de Granada en 1988, y recibió la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes. De la misma manera que recibió galardones de la Facultad de Filosofía y Letras en la que cursó sus estudios, lo hizo la Facultad de Farmacia, en la que trabajó como bibliotecaria.

     Los documentos y manuscritos autógrafos de sus obras pasarían a la Fundación Jorge Guillén donde, una vez digitalizados, podrían ser consultados en la página web de esta institución.