Eugenio Álvarez Díaz

    Eugenio Alvarez Díaz nació en Puertas de Cabrales, Asturias. Siendo muy joven tuvo un accidente que le obligó usar muletas toda su vida. Fue un institucionista e intelectual puro, sin adscripción política alguna, y de un humanismo libre y entusiasta.
    Fue discípulo y amigo del matemático Rey Pastor y se dedicó, esencialmente, a la investigación y a la enseñanza de dicha ciencia. Antes de la Guerra Civil fundó en Madrid el Instituto Samper de pedagogía. Aunque nunca militó en partido político alguno, fue víctima de la intolerancia, por lo que en febrero de 1939 emprendió el exilio, vía Francia y Nueva York, y llegó a México el 5 de julio de ese mismo año.
    Como profesor de química, estuvo adscrito a la Academia Hispano-Mexicana, institución que se creó en 1940 para hijos de exiliados y que se mantuvo fiel a los principios de la Institución Libre de Enseñanza. Escribió un libro de matemáticas llamado Problemas de aritmética y álgebra sobre temas de mitología, en 1944.
    Ese mismo año fue nombrado Director de la Escuela Nacional de Ciencias Químicas, sucediendo a Manuel Dondé Gorozpe, después de un interinato de Ricardo Caturegli Fontes. En 1947 concluyó su gestión como director, siendo sucedido por Rafael Illiescas Fribie. Allí dictó también la cátedra de Farmacia Química.
    Por ese tiempo, Eugenio Álvarez se casó con una joven a la que había conocido en Barcelona en el transcurso de una fiesta organizada en homenaje a García Lorca, que había sido amigo suyo, por uno de los estrenos de teatro del poeta granadino.
     Su hija, Josefina Álvarez de San Román, conservó después de su muerte acaecida en México en 1987, el fruto de sus experiencias científicas.