Francisco Pino

     Francisco Pino Gutiérrez nació en Valladolid el 18 de Enero de 1910. Fue el primogénito de una familia de alta burguesía vallisoletana, dedicada tradicionalmente al comercio y a la exportación. Fue su madre, María del Carmen, la que inició en él esa pasión poética que acunó toda su vida. Su padre, Francisco Pino Mazariegos, de formación francófila y universitaria, fue esencialmente un hombre de negocios, pragmático y con unas dotes de mando que ejercitó hasta el final de su vida en 1978. El contacto con el mundo religioso del cristianismo fue siempre tan fuerte y vigoroso como el poético. La conciencia del pecado fue una interrogante y una lucha durante toda su vida.
     En 1918 Pino inició sus estudios primarios en el Colegio de Lourdes de Valladolid, donde estudió hasta 1924. En esa época despertó su amor a la poesía. A los catorce años Dionisio Martín Sanz, compañero de colegio que más tarde sería presidente de las cortes, y él intentaron fundar una revista en el colegio que no cuajó.
    En 1924 Pino pasó al Instituto Zorrilla para proseguir con su bachillerato. Durante esta etapa viajó de forma frecuente a Francia a pasar sus vacaciones, lo cual plasmó en una serie de poemas de carácter romántico que conservó José María Luelmo hasta que Pino se los obligó a quemar en los setenta. Dos muestras de esa poesía que Luelmo pudo salvar fueron publicadas en la revista Meseta.
     En 1927 inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Valladolid. Los terminó en 1931 y los complementó con estudios sobre derecho mercantil, hasta 1935 en Francia e Inglaterra. Este periodo coincide con su primera etapa literaria, presidida por dos rasgos temperamentales: el erotismo y la ambición de crear poesía. En esos años conoce a Jorge Guillén, cuyo Cántico le influirá en su primera poesía, junto a la vanguardia creacionista.
    En Francia transcurren los años de su brillante carrera universitaria, llegando a ser tesorero de la FUE (Federación Universitaria Española) y a participar activamente en las huelgas universitarias que precedieron a la proclamación de la República y protagonizó, a pesar de sus fuertes creencias religiosas y la oposición de su familia, el enfrentamiento con el sector más católico y reaccionario de la Universidad.
     En abril de 1933 Pino se marchó a Inglaterra a perfeccionar el idioma inglés para la oposición que estaba preparando. Allí se centró su poesía y su vida. Es este un periodo literario que se asemeja al anterior, el de su época francesa. Fue aquí donde tuvo lugar una de las transformaciones más radicales de su vida: la experiencia religiosa. De sus viajes por Europa, conoció directamente las fuentes de las vanguardias europeas, que se encontraban en plena ebullición.
    Con su amigo José María Luelmo, creó tres revistas de poesía: Meseta, Ddoss y A la nueva ventura. De estas ediciones surgen tres libros: de Meseta surge diecisiete primaveras (1926-1928), y dieciocho poemas de inversos anversos redactados entre 1928 y 1934, procedentes de las otras dos revistas. Por último Méquina dalicada, que tiene la misma cronología que el anterior básicamente (1929-1939), pero supone la maduración del progreso iniciado. Ddoss y A la nueva Ventura nacieron y murieron en cuestión de meses.
    En 1935 Pino regresó definitivamente a España y se matriculó en la Universidad Central de Madrid para preparar su oposición y ampliar sus estudios de filología francesa. A su regreso se había convertido en un católico practicante en estado de gracia. La universidad se encontraba en continuo tumulto con constantes agitaciones en medio de las cuales Pino se debatió entre su republicanismo rasante y su militancia católica. En esa circunstancia lo sorprendió la Guerra Civil. Pino se negó a combatir en uno y otro bando. Los años de la guerra los pasó entre diversas cárceles y periodos de libertad que le permitieron conocer a María Jiménez Aguirre, con la que se casó en 1947 y con la que tuvo un único hijo.
    Regresó a Valladolid y se encontró con el luto en su familia por el fallecimiento de su hermano José María. Las terribles consecuencias de la guerra se clavaron en el poeta al contemplar un Valladolid tan cercano y querido destruido por unos odios que él no comprendía. Por esos años se instaló en el Pinar de Antequera en el que encontró un lugar para el olvido. Su poesía se volvió entonces más intimista y solitaria: la que se plasma en 22 libros que se inician con la publicación de Sonetos y que concluyen con Desamparo.
    Hasta 1984, en que se jubiló, sostuvo el trabajo rutinario del negocio familiar. Participó en determinadas actividades literarias en Valladolid y mantuvo hasta 1978 sus limitadas ediciones de autor. Es en ese año cuando el poeta comenzó a publicar en editoriales comerciales como Hiperión, el primer libro que siguió este método de difusión fue Antisalmos. El resultado inmediato se tradujo en cierta popularidad literaria, en actividades concretas y en diversos reconocimientos.
     En 1987 muere María Jiménez Aguirre y el poeta se queda sólo en su casa visitado por sus familiares y amigos en una constante sucesión de encuentros que trata de evitar en su profunda reclusión. Desde entonces continuó en su enclaustramiento voluntario saliendo de él para recoger premios y participar en actos de reconocimiento a su dilatada carrera, como el Premio de las Letras de Castilla y León en 1989 y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas de Madrid. En el año 1993 el Premio Provincia de Valladolid por su trayectoria literaria; en 1999 fue homenajeado en las Primeras Jornadas de Poesía Iberoamericana y al año siguiente fue nombrado Hijo Predilecto de Valladolid, la Academia Castellano Leonesa de Poesía le entregó un premio por el conjunto de su obra y obtuvo el Premio El Norte de Castilla por su trayectoria literaria. Muere en Valladolid el 22 de octubre de 2002.